Son funcionarios especiales del Área 51, pero no visten
de negro porque precisamente lo que buscan es pasar
desapercibidos. Su función es desalentar las investigaciones
Ovnis desacreditando a quienes los avistan y confundiendo a la
opiniòn pùblica de todas las maneras posibles El asesinato,
que disfrazan de accidente, es una de las alternativas que
utilizan. Más información en "Majestic 12".
Están relacionados con la visualización de OVNIs y
los encuentros con ellos. Diversas personas que afirmaron
haber visto OVNIs, o haber sido secuestrados por los
tripulantes de dichas naves, o haber experimentado lapsos de
"tiempo olvidado" de los que nada recuerdan, a veces han sido
visitadas posteriormente por los llamados Hombres De Negro
(MIB). Son "hombres vestidos completamente de negro"
que disuaden a las personas de que sigan insistiendo en sus
afirmaciones.
Supuestamente, los MIB también han amenazado y
hostigado, a estas personas y sus familiares, atribuyéndoseles
incluso la muerte de varias de esas personas. Otros dicen que
los MIB están en combinación con los ETs que se encuentran
cooperando en el Área 51. Al parecer, los MIB han estado
activos en los Estados Unidos desde 1947, a partir de los
primeros informes sobre los "platillos voladores".
Uno de los primeros informes sobre una visita de los MIB
(un caso típico) se originó en 1953 en Bridgeport,
Connecticut, y su autor fue Albert K. Bender, oficinista de
una fábrica y entusiasta de los OVNIs y de los filmes de
horror. Bender organizó una oficina internacional sobre
platillos voladores, y gracias a sus investigaciones, creyó
haber descubierto el origen de los extraterrestres y la razón
de sus visitas a nuestro planeta. Le escribió a un amigo sobre
el particular y, después de haber puesto la carta en el
correo, recibió la visita de tres hombres vestidos con traje
negro. Uno de ellos tenía en sus manos la carta. Tras la
visita, Bender enfermó. Actuaba "como si le hubieran hecho una
lobotomía"-según expresión de un amigo- y padecía de fuertes
dolores de cabeza que, según decía, le eran infligidos por
"ellos" Si pensaba en revelar sus descubrimientos, era
inmediatamente afectado por un terrible dolor de cabeza. Al
final, Bender abandonó todos sus proyectos relacionados con
los OVNIs.
Las informaciones sobre los MIB presentan algunas
características comunes. Muestran predilección por las ropas
negras o de colores oscuros, con anteojos también en tonos
oscuros. Hubo testigos que afirmaban que sus voces eran
igualmente extrañas, monótonas, monocordes, de timbre
penetrante.
Se comenta que los MIB visitan en su casa a gente que
afirmó haber visto un OVNI, sin anunciarse y en grupos de
tres. A veces se ha presentado después del avistamiento, pero
antes de que la persona se haya puesto en contacto con las
autoridades o con alguna sociedad relacionada con los OVNIs.
¿Cómo sabían del avistaje?A menudo se hicieron pasar por
representantes del gobierno federal o de la Inteligencia
militar. Curiosamente parecían conocer bastante bien los datos
personales de los visitados. Algunas personas informaron que
los MIB han recurrido a la intimidación, las amenazas y el
hostigamiento para terminar con su interés en los OVNIs y con
sus investigaciones sobre los mismos. Los MIB han intentado
persuadir a personas que avistaron un OVNI que en realidad no
habían visto lo que creyeron ver.
El informe típico sobre los MIB es que poco después de
haber observado un OVNI, el sujeto (que puede ser un testigo o
un investigador) recibe una visita. Con frecuencia, esto
ocurre tan pronto que todavía no se ha producido un informe
oficial ni una publicación. Como se dijo antes: ¿Cómo sabían
los MIB que el visitado había visualizado un aparato
alienígena? Además, los misteriosos Hombres de Negro no pueden
haber obtenido de forma normal la información que sin duda
poseen: nombres, direcciones, detalles acerca del incidente y
de la gente implicada.
El sujeto investigado está, casi siempre, solo en el
momento de la visita, generalmente en su propia casa. Sus
visitantes, que suelen ser tres, llegan en un gran coche
negro. Su aspecto se ajusta a la imagen estereotipada de
un agente de la CIA o de los servicios secretos: llevan trajes
oscuros, sombreros oscuros, corbatas oscuras, zapatos y
calcetines oscuros, pero camisas blancas; los testigos
comentan a menudo su aspecto impecable... toda la ropa que
llevan parece recién comprada. Los MIB tienen en general
rostros serios y carentes de expresión; sus movimientos son
rígidos y su actitud es formal, fría, siniestra, casi
amenazadora; nunca son simpáticos, aunque tampoco demuestran
hostilidad. Los testigos han sugerido muchas veces que no
parecían humanos.
Aunque la mayoría de los incidentes en que se han visto
envueltos los MIB están relacionados con los OVNIs,
también se ha informado sobre ellos en relación con el
avistaje de los ETs llamados grises, similares a los que
cayeron en Roswell.
<span>En resumen, los MIB siempre han
tratado de evitar que los investigadores de la vida
extraterrestre lleguen a conocer la gran verdad.
Existen muchas especulaciones; unos comentan que son
agentes de la KGB, de la desaparecida Unión Soviética. Otros
afirman que son agentes del FBI; otros más opinan que son un
grupo que actúa la margen de las autoridades oficiales;
algunos señalan que son un grupo de ex agentes que han formado
una "Orden Secreta". Los menos opinan que los MIB son
extraterrestres o "espías cósmicos"
Entonces,
para ubicar el origen de los llamados Hombres de Negro... ¿Hay
que levantar la mirada hacia el espacio exterior?
¿Cierra la teoría de que son agentes extraterrestres, una
especie de "espías siderales" provenientes de distintas
razas.
Testimonios
de decenas de personas los han visto descender de naves
espaciales, en compañía de los ETs llamados grises, con los
que se comunican telepáticamente.Sabemos que no existe la
telepatía propiamente dicha en el plano físico, así que si
hubiera una comunicación entre los MIB y los ETs, sería
mediante un "conversor de idioma", aparato que capta los
conceptos mentales y los traduce al lenguaje de cada
raza.
Bender pensaba que había dado con la solución y poniendo
sus opiniones por escrito, las envió por correo a un amigo.
Cuando estos individuos llegaron, tenían en su poder el
material, que nunca llegó a su destino. Le dijeron que había
sido el único entre todos los investigadores en dar con la
respuesta. Para su edificación, le añadieron unos cuantos
detalles más que no conocía, asustándole de tal forma que se
puso enfermo y no probó bocado en varios días. A partir de
entonces, Bender fue un hombre cambiado, que no quiso volver a
hablar de OVNIs con nadie. Terminó escribiendo un libro
titulado Flying Saucers and the Three Men (Los
platillos volantes y los tres hombres), en el que dijo que
contaría todo lo que le había sucedido. En realidad lo único
que hizo fue complicar más las cosas cuando mencionó su
proyección astral a una base de platillos volantes situada en
el Antártico. El libro parecía ser sólo una tapadera de lo que
había ocurrido en realidad.
Desde los años cincuenta la gente que ha investigado
seriamente sobre OVNIs han sido repetinamente molestada con
misteriosas llamadas telefónicas y entrevistas directas,
acompañadas por sutiles amenazas. Han ocurrido accidentes
extraños, ha muerto gente en circunstancias misteriosas y, en
general, se ha hecho quedar bien claro que investigar
demasiado a fondo en la naturaleza de los OVNIs era meterse en
problemas.
Los Hombres de Negro son los responsables de todos estos
hechos, tanto de intimidación como de "lavados de cerebro" de
aquellos que dijeron ver algo desconocido. Todo el mundo se
deshace en conjeturas sobre la identidad de estos hombres de
negro. En un principio, los investigadores pensaron si serían
agentes del gobierno, porque muchas veces decían ser de la CIA
o de las altas jerarquías de las Fuerzas Aéreas de los Estados
Unidos, exhibiendo las correspondientes tarjetas de
identificación. Luego, los informes sobre sus visitas se
hicieron tan frecuentes que los organismos gubernamentales se
empezaron a preocupar y a desmentir los rumores que los
asociaban con los MIB. Aparentemente, el asunto parecía
preocuparles tanto como a los demás.
En septiembre de 1953, estos individuos visitaron al
experto en OVNIs Albert K. Bender, organizador de la oficina
internacional de platillos volantes que había emprendido en
serio la tarea de aclarar los misterios en torno a dichos
objetos voladores.
Bruce Cathie, estando en Nueva Zelanda, fue abordado en
un hotel, durante uno de sus vuelos. Había dado a conocer que
llevaba consigo fotografías de las misteriosas antenas que se
estaban multiplicando en la zona donde vivía. Tres individuos
se hallaban sentados en una mesa cercana, y uno de ellos se le
acercó y trató de darle conversación, mientras las fotos
estaban sobre la mesa, a su vista. El hombre trató de que
Cathie le dijera su nombre y una dirección donde se le pudiera
localizar. Cathie estaba preparado para esto y no accedió.
Finalmente, se disculpó y subió a su habitación, volviendo a
bajar para poner sus fotos en la caja fuerte del hotel. Los
hombres ya no estaban allí, y al preguntarle a la chica de
recepción cuándo habían pasado por allí, ella le dijo que
nadie se había marchado. Pareció como si seres se hubiesen
desvaneccido literalmente en el aire.
Otro investigador tuvo una importante demostración aún
más espectacular de esta capacidad cuando los tres hombres le
visitaron en su trabajo, a primera hora de la mañana,
ordenándole que abandonase ciertas líneas de investigación que
estaba siguiendo.
Él les aseguró que ya había pensado hacerlo y se
marcharon por una puerta cercana. El investigador les siguió
inmediatamente, abriendo la puerta sobre un pasillo vacío
impregnado de un olor como el que hubiera dejado una fuerte
descarga eléctrica. En un instante, los hombres se habían
esfumado.
<span>Uno de los más interesantes contactos con los
hombres de negro tuvo lugar el 9 de enero de 1967 en casa de
Edward Christiansen, en Wildwood, New Jersey. A las cinco y
media de la tarde, un hombre de extraño aspecto llamó a la
puerta. Cuando le abrieron, dijo que pertenecía a la Oficina
de Localización de Herederos, y que era posible que el señor
Christiansen hubiera heredado mucho dinero. Se hizo pasar al
forastero, y se vio que era un tipo poco corriente, con una
estatura de casi dos metros, hombros muy anchos, y que debía
pesar alrededor de los ciento veinte kilos. Llevaba un largo
abrigo negro de tela muy fina, y un gorro de estilo ruso. Al
quitárselo, descubrió una gran cabeza con el pelo cortado al
rapé y una zona perfectamente redonda que parecía afeitada.
Tenía los ojos saltones como si padeciese de tiroides, y uno
de ellos era vidrioso y mal sincronizado con el otro. Gigi, el
perro de los Christiansen, le cogió una aversión inmediata,
que hizo patente con sus gruñidos y ladridos.
El hombre empezó a hacer una serie de preguntas sobre los
datos personales de Edward Christiansen, dando la explicación
de que era para averiguar si se trataba del hombre que
mencionaba el legado. Tenía una voz curiosamente metálica, que
parecía emitida por el altavoz de un computador, monótona y
fría. Cuando se sentó, sus pantalones, ya bastante cortos, se
levantaron, y Mrs. Christiansen y su hija Connie observaron
fascinadas un cable verde que le salía del calcetín y subía
por su pierna, pareciendo entrar en ella por una muesca antes
de perderse en sus pantalones. Con esto y con su singular
aspecto pálido y enfermizo, aquel forastero tenía una
apariencia singular. Cuando se le ofreció tomar algo rehusó y
dijo que dentro de diez minutos necesitaría un vaso de agua.
Durante la entrevista, la familia observó que su rostro se iba
poniendo cada vez más rojo, hasta que terminó pidiendo el vaso
de agua, que se bebió de un trago con una gran píldora
amarilla. Esto pareció devolverle a sus estado normal.
Al terminar la visita. Mrs.Christiansen decidió observar
la marcha del hombretón. Desde la oscuridad de la puerta de su
cocina, le vio hacer una llamada con la mano, y un Cadillac
negro del año 1963 surgió de las sombras con las luces
apagadas. El desconocido entró en él y se fue.
Al día siguiente, el señor Christiansen recibió una
llamada telefónica con una voz femenina que le explicó que el
Edward Christiansen que buscaba la oficina de Herederos había
sido localizado en California. Él le dió las gracias y colgó.
El anterior mes de noviembre, la familia Christiansen había
visto un OVNI; parece ser que esto fue lo que provocó la
visita de uno de los hombres de negro, aunque no se mencionó
para nada la visita ni se le hizo amenaza alguna.
La historia de los MIB está tan llena de incongruencias
como todos los demás aspectos de las experiencias con OVNIs.
Se han presentado muchas teorías sobre la identidad de estos
"hombres". La más coherente es que se trata de ex agentes que
no responden a la Seguridad Oficial y están en alianza con ETs
del Área 51.